En el marco del Simposio Interconfesional sobre la Protección de los Lugares de Culto de Protone Project tuvo lugar la tercera mesa redonda sobre El papel de las organizaciones de la sociedad civil en la protección de los lugares de culto a través de la colaboración interreligiosa. El primero en intervenir en ella fue Uriel Perugia, Secretario General y Director de la Unión de las Comunidades Judías Italianas, con una vasta experiencia en organizaciones juveniles judías y una trayectoria profesional en la industria aeroespacial, Perugia aporta una perspectiva única a su rol desde 2019.

Perugia compartió la iniciativa exitosa donde los voluntarios judíos de Shomrim comenzaron a vigilar las mezquitas musulmanas, fomentando un espíritu de protección mutua y solidaridad, como un ejemplo de iniciativas de seguridad religiosa. También citó un esfuerzo similar en Dinamarca, donde musulmanes noruegos formaron un “anillo de paz” alrededor de una sinagoga tras un ataque. También subrayó el creciente malestar de los judíos dentro de la sociedad civil, agravado por eventos recientes, señalando casos en los que los judíos fueron marginados o atacados, como durante el desfile del Orgullo LGTB+ en Italia y una manifestación por los derechos de las mujeres que ignoró el sufrimiento de las mujeres judías. Perugia subrayó la importancia de la educación y el diálogo, abogando por proyectos que unan a diferentes comunidades religiosas para abordar problemas sociales. Destacó un proyecto colaborativo de organizaciones judías, musulmanas y católicas en Italia centrado en combatir la violencia contra las mujeres como un modelo de cooperación interreligiosa efectiva.

Concluyó con un llamado a más iniciativas que promuevan el respeto mutuo y la colaboración entre comunidades religiosas y reafirmó el compromiso de las organizaciones religiosas de contribuir positivamente a la sociedad y proteger los lugares de culto a través de esfuerzos conjuntos.

Por otro lado, el siguiente turno de palabra estuvo en manos de Saif El Islam, quien comenzó agradeciendo a los organizadores por invitarlo y permitiendo que su foro contribuyera al debate. Comenzó su intervención con la pregunta: ¿Por qué hemos llegado al punto de necesitar proteger los lugares de culto? Comparó esta necesidad con la absurda idea de tener que proteger escuelas, hospitales, o parlamentos. Recordó que históricamente, los lugares de culto han desempeñado estos roles, y discutir su seguridad hoy en día es un testimonio del fracaso de la sociedad en su conjunto.

En una reflexión sobre la relación entre sociedad y religión, criticó cómo las conversaciones sobre religión suelen centrarse en términos negativos como guerra y seguridad, en lugar de bienestar y prosperidad. Señaló que ciertos sectores se benefician de mantener este enfoque negativo, usando la religión como un chivo expiatorio fácil. A pesar de su melancolía, reconoció que los ataques a lugares de culto son una realidad actual, motivados por conflictos políticos, radicalismo, intolerancia religiosa y discursos de odio. Subrayó que muchos se creen con derecho a clasificar y discriminar por etnia, cultura y religión, ya sean religiosos o no, a lo que propuso contestar con un llamado a la responsabilidad y la acción, donde destacó que tanto religiosos como no religiosos cometen errores al pretender hablar en nombre de Dios o de la humanidad. Así pues, reiteró la importancia de la religión para muchos, como fuente de consuelo, identidad y moralidad y abogó por una mayor responsabilidad de las ONGs en la promoción de la diversidad y el respeto religioso.

Reivindicó también la apertura y transparencia de los lugares de culto, mencionando iniciativas de mezquitas de puertas abiertas que han fortalecido las relaciones comunitarias y concluyó subrayando que el respeto y la cooperación entre religiones son esenciales para la salvación de la civilización humana. Con una cita del Corán defendió la importancia de mantener lugares de culto como espacios de paz y respeto, además de enfatizar la necesidad de luchar juntos contra la injusticia, la intolerancia y el egoísmo, reconociendo que las identidades son dinámicas y en constante evolución. Es de manera colectiva que se puede cambiar la realidad, a través de la promoción del diálogo abierto y respetuoso entre todos los sectores de la sociedad, concluyó.

Por último, el moderador de esta mesa redonda, el Dr. Cenap Aydin, Director del Istituto Tevere, tomó también un papel muy importante en ella, con un discurso donde un punto central fue la multifuncionalidad de los lugares de culto, especialmente en el contexto de minorías e inmigrantes. Los lugares de culto no solo sirven para la adoración, sino que también actúan como centros de apoyo comunitario, pues históricamente han jugado un papel crucial en el fomento del bien público y la cohesión social. Enfatizó la necesidad de transformar estos espacios en participantes activos de la sociedad civil para construir puentes entre diferentes sectores de la comunidad, reducir conflictos y promover la cohesión social. Esta transformación podría facilitar un mayor diálogo y colaboración entre diferentes religiones, esencial para la seguridad y protección de los lugares de culto.

Quiso destacar la importancia del 60º aniversario de la declaración del Concilio Vaticano II sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y otras religiones, un documento que hace un llamado a olvidar el pasado y trabajar juntos por la libertad, la paz, la justicia social y los valores morales. Un aspecto crucial de la discusión fue cómo promover más la colaboración interreligiosa para proteger los lugares de culto y expuso que, aunque en Italia no hay ejemplos específicos como los del Reino Unido donde se protege mutuamente los lugares de culto, hay proyectos significativos que demuestran la capacidad de las religiones para apoyar la seguridad y la integración social. A este respecto destacó el apoyo brindado a dos familias afganas refugiadas en Italia, con el ejemplo de un proyecto que demostró cómo tres religiones diferentes pueden trabajar juntas para proporcionar un mejor futuro a refugiados y jóvenes inmigrantes, evitando que caigan en manos de grupos radicales.

El Dr. Aydin también compartió experiencias locales y prácticas, como la colaboración entre la comunidad valdense en Italia y las minorías religiosas, defendiendo activamente sus derechos. Otro ejemplo notable fue la organización del Movimiento de los Focolares, que proporcionó lugares de culto y alimentación adecuada para participantes de diferentes religiones durante un simposio internacional. También compartió un caso personal de su vecindario, donde una casa católica para refugiados administrada por los padres scalabrinianos ofreció un espacio para una pequeña mezquita dentro de su establecimiento, demostrando un ejemplo concreto de convivencia y respeto interreligioso a nivel de la sociedad civil.

En resumen, la intervención subrayó la importancia de la colaboración interreligiosa y la participación activa de los lugares de culto en la sociedad civil para promover la paz, la justicia y la cohesión social, ofreciendo ejemplos prácticos y esperanzadores de cómo esta colaboración puede llevarse a cabo efectivamente. A ella le siguieron una ronda de preguntas que supuso el punto final del evento.

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